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26. Comienza la cacería

Disclaimer: Este es un fanfic sin fines de lucro, algunos personajes pertenecen a Kohei Horikoshi, pero la historia es de mi propiedad.



Midoriya salió corriendo de la cocina, cerrando la puerta al salir.

Que Todoroki se haya dirigido a atacar a Bakugou no le gustaba para nada, pero su preocupación sería irrelevante, no podía hacer nada para pelear.


—Buena suerte, Bakugou— dijo con cariño al rubio que no podía oírlo.


—¡Midoriya!— de repente  vio como Kirishima se dirigía hacia él, acompañado de Sushi-san, un hombre reptil y un gorro flotante.


—¿Te lastimaron, Izuku?— le preguntó Sushi preocupado.


—Estoy bien.


—Hey, ¿recuerdas el lugar al que te llevó Bakugou?— Kirishima lo miró al rostro directamente.


—Sí. Es la celda trescientos-


—Shh, solo dinos cómo llegar— lo calló de inmediato.


—Sí...


Kirishima sabía que algunos presos del ala dos ya estaban presentes. Era evidente que tendría que pelear con bastantes, pero había riesgos que no quería correr.


Sin embargo, una cinta adhesiva extremadamente larga salió disparada de algún lugar dentro de las celdas a la derecha de ellos, enredando a Izuku con gran precisión y jalándolo hacia su punto de origen.


—¿¡Qué es esto!?— preguntó asustado.


Kirishima reaccionó rápido, cortando la gruesa cinta con su particularidad, como si sus dedos fuesen tijeras.


—¡Maldición!— el chico de la cinta se quejó y por fin salió de su escondite.

Su nombre era Sero Hanta y estaba acompañado por otro preso de cabello rubio.


—Tuviste un interesante desenlace, Izuku Midoriya— le dijo Monoma, el chico rubio.


De la misma dirección, empezaron a salir más y más presos. 

Algunos flacos, otros más robustos, gente con cicatrices y distintas alturas y pesos.

Presos del ala dos y tres.


Kirishima se colocó delante de Izuku, usando sus afilados y rígidos brazos para cubrirlo, haciendo frente al grupo de presos que se acercaba a ellos.


Quizá eran más de veinte, habían surgido de las celdas. Y el grupo de Izuku y Kirishima no dejaba de mirarlos.


—¿Ven a ese chico con pecas de ahí?— lo señaló Sero Hanta —Si lo atrapan, Todoroki hará lo que sea a cambio de que se lo devuelvan. Así que si es suyo pueden convertirse en el nuevo líder del ala dos.


Parecía tan tentador...

Que con solo atrapar a un chico débil y lastimado pudieras tener a Todoroki en la palma de tu mano.

Por lo que todos se llenaron de deseos de atrapar a Midoriya, mientras que éste no podía hacer nada más que temblar aterrado.


Kirishima les sonrió confianzudo, burlándose de todos esos presos incrédulos.


—¡Entren!— gritó.


No hubo oportunidad para los presos que los acorralaban, de tan siquiera mover un músculo, porque un grupo igual de numeroso que ellos entró por la puerta que daba al patio de receso.


Presos del ala uno y uno que otro del ala cinco, como Tetsutetsu.

Todos ellos respaldaban a Bakugou y a Kirishima.


Mientras Izuku y Kirishima retrocedían hacia el nuevo grupo de reclusos, el de cabello rojo empezó a darles órdenes.


—¡Escuchen, bastardos destructivos!— gritó —¡La única orden es patear los traseros de estos hijos de puta y no permitir que se lleven al chico que está detrás de mí!, ¡él es nuestra mayor ventaja contra Todoroki!


Un segundo grito de guerra salió de las gargantas de todos los presos de las alas uno y cinco.

Ellos peleaban por varias razones, algunos solo querían sacar toda su ira contenida, mientras que otros apoyaban a Bakugou, pues aunque éste no les cayera bien, las cosas cambiaron en Fuchu cuando él llegó, pues con su dominio todos tenían más libertad, los guardias dejarían de hacer la mayor parte de su trabajo y harían de la vista ciega. El fin de Bakugou significaría el fin de esa libertad.


El mismo chico de la cinta adhesiva intentó atrapar a Izuku una vez más, pero el grupo de salvajes presos ya se había lanzado hacia ellos, impidiéndole visualizar a Midoriya.


—Mientras ellos se matan a golpes, vamos a correr hacia tu base secreta— dijo Kirishima.


—Prepárate, pecas, porque vas a correr como nunca en la vida.


El gorro flotante voló hacia Izuku y Kaname lo acomodó en su cabeza.


Kirishima estaba frente a él, Sushi-san, el reptiliano a los lados y quería suponer que Kaname estaba detrás, todos cubriendo a Izuku.


—¿Listo?


—No...


—¡Vámonos! 


Sintió cómo Kaname lo empujaba por la espalda mientras que las manos de Kirishima lo buscaban. Repentinamente todos echaron a correr, llevando a Izuku casi a rastras.


—¡Agárrate a Kirishima y no lo vayas a soltar!— le dijo Sushi-san, a lo que Izuku obedeció y se aferró a la espalda del pelirrojo cuando éste lo cargó en sus espaldas.


Cuando Izuku se dio cuenta, todos estaban moliéndose a golpes. 

Los presos que Bakugou lideraba intentaban no dejar paso al grupo de Todoroki, la gran mayoría hacía uso de sus particularidades.


—¿Hacia dónde?— le preguntó Kirishima.


—¡Te-Tenemos que salir del comedor!, ¡hacia las celdas de la sección C!


—Hecho.


La cinta adhesiva iba a atacar a Izuku por detrás aprovechando el descuido, pero en vez del chico de pecas, terminó envolviendo la cintura de Kaname.


—¡No me voy, me llevan!— gritó el hombre invisible al ser jalado por la cinta de Sero.


—¡Malditas mierdas!— se quejó Hanta.


En medio de todo el desastre, el azabache había logrado escabullirse entre la multitud.

Kirishima y el resto apresuraron el paso salvajemente.


Ya habían dejado a Sero atrás. Continuaron andando, Kirishima y el reptiliano se encargaban de los presos que se metían en su camino.


---


Izuku corría a toda velocidad, sin saber el paradero de Kaname.


El comedor era grande, ya había caminado muchas veces por ahí, pero esta vez parecía que se hacía más largo a cada paso que daban.


Ahora Sushi-san lo cubría por la espalda.


Kirishima era el mejor escudo que podría haber tenido.

Izuku se quedó mirando asombrado toda la pelea desde los hombros del rojo, pensando en si todas las peleas dentro de los reclusorios serían así de violentas.


Cuando menos se lo esperó, ya estaban afuera del comedor, en las celdas comunes de la sección Cz


—¿Y ahora a dónde?— le preguntó Kirishima.


—¿Ah...? A-Al final del pasillo. Hay que seguir una ruta en específico para llegar.


—Camina, nosotros te seguimos.



______



Escondido en una de las celdas, Monoma y Sero escuchaban al grupo hablar.


—No sabrán que estamos aquí— dijo Kaminari —Gran escondite.


—¿Qué haces tú aquí?— le preguntó Sero 


—Solo espero a que los guardias lleguen al comedor, seguro no tardan. Aunque Bakugou y Todoroki los hayan comprado, lo que está pasando les traerá problemas.


—Te diría que no hicieras nada estúpido, pero no puedes evitarlo— Monoma rodó los ojos.


Kaminari sonrió maliciosamente. En ese momento ya no le importaba nada de lo que sucediera en Fuchu, porque después de ese día, esperaba no volver a poner un pie en ese lugar.


Al ver que el grupo de Kirishima avanzaba, empezaron a seguirlos cautelosamente, desplazándose por los balcones y ocultándose en las celdas.


_____



—No creí que lo lograríamos tan fácilmente. Es un alivio.


—Aun no cantes victoria, Midoriya, la peor parte no ha sucedido todavía 


Izuku sabía a lo que se refería. En el comedor no había visto a quien esperaba ver y eso lo tenía terriblemente asustado, aún así se había hecho a la idea de que esa persona que tanto temía nunca llegaría.



Ya faltaba poco para que llegaran al último pasillo y a la celda con el cuarto secreto.

Aún podía escuchar gritos y bullicio venir desde el comedor, pero era un alivio para Izuku saber que había un ejército de su lado.


Repentinamente escucharon como si un edificio se estuviera derrumbando, seguido por una explosión, pero estaban lo suficientemente lejos como para no salir afectados.


—Bakugou ya está haciendo de las suyas— sonrió el pelirrojo.


—Es increíble— Izuku no lo dudaba. Se había preocupado por él a pesar de que sabe que es fuerte, pero al final Bakugou siempre era el más fuerte.


—Aizawa se va a enojar mucho— dijo divertido el reptil —Seguro que el jefe no se salva de esta.


—Espero que lo transfieran a otra prisión después de esto— habló Sushi.



"No quiero que lo transfieran..."



—Si Bakugou se va de aquí a ti te va a ir peor. Lo más probable es que Tomura se adueñe del ala uno y sabes que no le caemos para nada bien. Además Midoriya también saldría afectado, te recuerdo que Tomura lo está buscando en este mismo instante.


Incluso si Bakugou no le caía para nada bien, Sushi lo preferiría antes que a Tomura o a Todoroki.


—Sería genial que lo que dijo el pez se cumpliera, ¿no, jefe?


"Mierda", pensó Sushi-san


—Lo transfieran o no, esta prisión me tendrá como líder


Inmediatamente, Kirishima se colocó delante de Izuku y lo cubrió con los brazos.


—Te estaba esperando. Sabía que estarías por aquí y me preguntaba cuánto tiempo más me harías esperar— le dijo el pelirrojo.


Tomura salía de una celda acompañado por sus dos singulares secuaces, Batracio y Rata.



Izuku intentaba no mirar a ninguno de los tres. 

Intentó olvidar el recuerdo del canibalismo que llegó a su cabeza.

Poco a poco, las manos comenzaban a temblarle y estas se iban instintivamente hacia su cabeza, quizá para jalar su cabello.


—No te pongas nervioso, Midoriya. Acabaré con estos bastardos en un instante justo como Bakugou ordenó y nos iremos a tu base secreta más rápido de lo que crees— lo calmó Kirishima.


"¿Bakugou lo ordenó?"


Kirishima se puso en posición, dispuesto a atacar en cualquier momento, mientras el reptiliano y Sushi-san se paraban a su lado.


Los tres habían hecho una barrera que no le permitía a Izuku ver a Tomura ni viceversa.


Rata se lanzó al ataque de inmediato, siendo bloqueado por los reflejos del reptil.

Con sus garras soltó un manotazo al estómago del robusto hombre, sin causarle mucho daño.


Tomura no tardó en enviar múltiples manos hacia Izuku, las cuales una a una, eran destrozadas por pisadas de Kirishima.

 Batracio se coló con las manos para atacar a Kirishima.

Iba a ser atacado por el pelirrojo cuando pegó un salto increíblemente alto para esquivarlo. Poco después fue alcanzado por Kirishima, ya que éste lo atrapó al caer.


Rata sacó los dientes, aprovechando la cercanía que tenía con el reptil a causa del combate cuerpo a cuerpo. Le soltó una mordida en el cuello, tan fuerte que se llevó un trozo de su piel.

Una mordida tras otra, Rata comenzó a devorarle el cuello al hombre lagarto.

Ya se había derramado mucha sangre, pero eso no iba a detener al reptil.


—¿Has oído hablar de la regeneración del reptil?


Kirishima lanzó a Batracio hacia

donde Rata, estampándolo contra el reptiliano también.


—Lo siento, mal tiro— rió Kirishima.


—¡Kirishima!


El reptil se recuperó de inmediato y tacleó a Rata con velocidad, quien también se levantó.

Mientras Tomura intentaba tocar a Kirishima para lograr desintegrarlo y lanzaba sus manos amputadas para ataque a larga distancia.


—¡Toka-chan, no dejes que las manos alcancen a Midoriya!— dijo el rojo.


Izuku y Sushi-san se mantenían lejos de todo, retrocediendo lentamente.


—¡¡¡Me estoy muriendo de hambre, malditos hijos de puta!!!— gritó Batracio.


Rata se levantó al recuperarse y se lanzó hacia Kirishima.


—Dos contra dos es más justo— dijo el pelirrojo, al momento de bloquear el ataque de Rata.


—¿Y Batracio?— preguntó el reptil mientras destrozaba un par de manos con sus garras.


—Él no cuenta, como Sushi-san. 


La particularidad de Tomura no hacía ni un poco de daño al pelirrojo, por lo que su única opción era el combate cuerpo a cuerpo que se le daba fatal, pero para su buena suerte Rata cooperaba y cubría las debilidades de su jefe.


Izuku los observaba hacerle frente a Tomura.

Se repetía una y otra vez que ambos eran increíbles.


"La particularidad de Tomura no funciona con Kirishima ni con el hombre lagarto, puesto que él tiene su regeneración y si sus células son destruidas volverán a crecer. 

La fuerza bruta de Rata complementa las fallas de Tomura, y este a su vez encaja con las fallas de Rata en cuanto a defensa, pero eso no quita que Kirishima y el hombre lagarto tengan una gran ventaja contra Tomura"



¿Desde hace cuánto tiempo no susurraba sus análisis de héroes?


Ahora era su análisis de villanos.



______



—El objetivo está distraído y los otros están peleando, así que no creo que se den cuenta.


Los brazos de Monoma empezaron a deformarse luego de que tocara el hombro de Sero. Se veía cómo un bulto iba creciendo y creciendo desde su muñeca hasta llegarle a los codos, como si tuviera algo atrapado dentro de su piel.

Este bulto comenzó a hacerse más y más grande, provocando dolor en el rubio.


En una transición dolorosa y rápida, Monoma ya tenía un dispensador de cinta adhesiva en los brazos.


—Qué asco.


—Cállate, Kaminari.


"Con la cinta de Sero no será suficiente, no contra Kirishima"


Desde el balcón, Monoma y Sero lanzaron una larga tira de cinta hacia donde estaba el peliverde, atrapándolo en ese mismo instante.


—¡¡Suéltame!!— gritó.


El pecoso fue jalado por la cinta hacia el balcón, distrayendo a los que peleaban.


—¡Maldición!— se quejó Kirishima. 


Sushi-san agarró a Izuku e intentó jalarlo de regreso.

Forcejeó con Sero, pero no tuvo oportunidad cuando Monoma y Kaminari empezaron a jalar también.


Izuku se retorcía e intentaba despegar la cinta con sus manos, pero estaba bien enredado en esta.


Kirishima corrió lo más rápido que pudo acompañado por el reptiliano, pero Izuku se alejaba a gran velocidad.


Desde la lejanía, el pecoso podía observar a Monoma, a Kaminari y a un chico de cabello negro jalando las cintas para llevárselo.



"—Como Todoroki te atrape, todo se va a la mierda—“



"Lo siento, Bakugou... ya me atraparon"










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