top of page

21. Espabilar

Disclaimer: Este es un fanfic sin fines de lucro, algunos personajes pertenecen a Kohei Horikoshi, pero la historia es de mi propiedad.

—¡Oye, Bakugou!, ¡Midoriya volvió a hablar!

Apareció el cara de pescado y habló muy animado.

Al parecer había novedades.


  • • •


Midoriya recibió la visita de Kaname en el ala cuatro, ya que éste pudo pasar desapercibido gracias a su invisibilidad, después arrastró a Shinso también.

Kaname estuvo buscándolo por toda el ala uno, pero esta vez ya no fingiría que no le importaba, no podía hacer eso después de verlo en aquel estado.

—Dime tu nombre, ¿aún te acuerdas de tu nombre?— preguntó Sushi- san

Cuando Bakugou entró al cuarto de hospital, vio a un montón de personas rodeando al chico de pecas y este los veía a todos muy confundido.

—Tarado, lo asustas. Déjame intentar a mí.

Un gorró empezó a flotar. Kaname lo acómodo en su cabeza y éste permaneció estable.

—Bien, pecas, ¿recuerdas tu nombre?

—Izuku Mido-Midoriya...

—Exacto. ¿Y cómo me llamo yo?

—Eres Kaname...san

—¿Y éste hombre con cabeza de trucha?

Izuku miró bien al hombre que Kaname le señaló. Lo había estado cuidando todo este tiempo, pero aunque buscara en lo más profundo de sus recuerdos, no tenía idea de cómo se llamaba.

—¿Su-shi san?

Kaname empezó a reírse al oír esa respuesta y Shinso, quien también estaba presente, tan solo miró al hombre pez, esperando a que se enojara.

Ese apodo era a causa de Bakugou, lo odiaba y a todo aquel que lo llamara así.

Sin embargo, no podía enojarse con ese chico de ojos verdes que lo miraba con tanta confusión.

Sushi- san se acercó al chico sentado en la cama y amablemente lo envolvió entre sus brazos.

—Sí, soy Sushi- san— dijo suavemente.

Nunca pudo ver a su sobrina recuperarse, fue encarcelado antes de tan siquiera poder ayudarla, por eso mirar a Midoriya lo hacía sentirse mejor, porque quizá ayudándolo a él podría compensar el no haber estado ahí para ella.

Bakugou tan solo miraba la escena. Era algo inusual de ver en una prisión, pero realmente daba igual mientras no causaran problemas.

________


—¿Y no te sientes mal al comer hueva de salmón?— le preguntó Kaname a Sushi-san —Te comes los embriones de tus bebés.

—Si no fuera porque Izuku volvió a hablar cuando te vio, créeme que ya estarías muerto.

—Dormiría con los peces.

Un preso que estaba cerca soltó una risa, a la vez que el pescado rodaba los ojos.

Sin embargo...Izuku permanecía estático en su asiento.

—¡Vamos, pecas!, ¿no vas a comer?, deberías estar muriéndote de hambre como siempre, así que deberías aprovecharlo. Me voy a comer tu comida si no lo haces tú.

Pero el chico ni siquiera le dirigió la mirada.

Todos continuaron comiendo, mientras Izuku miraba hacia el suelo.

El ambiente se tensó un poco en cuanto las puertas del comedor se abrieron de golpe y Bakugou entró, seguido por Yamato, quien iba detrás de él y parecía querer alcanzarlo.

—¡Por favor, Bakugou! ¡No quiero ir al ala dos!

Bakugou ignoró las súplicas del sujeto y pasó a la barra por su desayuno.

—¡Soy el sublíder del ala cuatro! ¡No puedo irme al ala dos!

El rubio buscó con la mirada la mesa en dónde estaba Izuku y al encontrarla se dirigió hacia ella.

Izuku lo observó mientras se acercaba con su charola en las manos y al instante empezó a sentirse mucho más relajado.

Bakugou tomó asiento en el lugar frente a Izuku. Shinso, Kaname y Sushi-san comían en la misma mesa.

—Bakugou, ¿hay problemas con Yamato?

El rubio le sonrió de medio lado y miró al pecoso.

—Esa escoria causa demasiadas molestias en el negocio, así que vamos a darle cuello, ¿verdad, Deku?— soltó una risa burlona —El bastardo está tan pobre que no tiene para comprarse una buena puta y tuvo que recurrir a violar discapacitados.

—¿¡Qué!?— soltó sorprendido Sushi-san.

Deku se sobre esforzó en no recordar lo sucedido, puso todas sus fuerzas en evitarlo, pero fue inútil. Lo recordó y empezó a sentir ganas de llorar, ese maldito dolor se hacía más fuerte y le desesperaba no saber que hacer para calmarlo.

—¿Por qué no le preguntas a Yamato si tanto quieres saber lo qué pasó?— habló Bakugou

Desde que Yamato lo vio por primera vez, había deseado el cuerpo de Izuku; no solo se parecía a Todoroki físicamente.

Sushi miró las lágrimas que goteaban en las mejillas con pecas y pudo atar las piezas.

Por otro lado, Kaname envolvió a Izuku con su brazo izquierdo y le permitió recargarse en su hombro.

—Llora todo lo que quieras, nadie te culpará por eso— le susurró Kaname.

El pecoso solo se limitó a llorar en el hombro del invisible, mientras Sushi sentía un inmenso coraje naciendo desde lo más profundo de su interior.


  • • •


Un largo rato pasó mientras Midoriya dejaba de llorar.

Varios presos ya se retiraban del comedor, pero Bakugou apenas había empezado a comer.

Deku miraba su comida, ya fría; jugaba con el cubierto de plástico, paseándolo por el caldo de su sopa de manera aburrida y miserable.

Todo estaba en completo silencio desde que dejó de llorar.

—Ya por fin dejaste de llorar, Deku— habló Bakugou —Y ya puedes hablar como una persona normal, ¿no es cierto?

—Sí— dijo a secas

—Sigo sin creerme que te hayas quedado mudo por un tiempo, es extraño— le dijo Kaname

—Bakugou...— pensó en él y lo recordó profundamente —Bakugou me animó un poco.

Al escuchar eso, Bakugou casi se ahoga con la comida.

—¿Cuándo te di ánimos? Para el suicidio será.

—E-esa noche en el cuarto... las estrellas...

—Cierra la puta boca, Deku de mierda.

Izuku le obedeció una vez más y bajó la mirada lentamente.

Por un pequeño momento, la mesa se vio envuelta en un silencio incómodo, al menos hasta que Shinso habló.

—Todos en el ala uno creen que estás muerto, Midoriya.

—Realmente piensan que estás con el líder del ala dos— interrumpió el hombre invisible —Es casi lo mismo— eso último lo susurró.

—¿Puedes callarte de una vez, Kaname?— le dijo Sushi.

—Necesita saber lo que está sucediendo, tiene que ver con él.

Izuku estaba viendo hacia la nada, realmente no prestaba atención a lo que los otros decían.

Aún tenía mucho miedo. En ese momento podría incluso llorar y temblar de lo mal que se sentía.

Poco a poco se llenaba de miedo. Parecía que él mundo era gigante mientras él se encogía.

Cualquiera podría pisarlo, cualquiera podría utilizarlo a su gusto, y esos mismos pensamientos se convertían en una tortura que no se detenía ni al dormir.

Su cordura estaba al borde de caer. La posibilidad de que le diera otro ataque de pánico pendía de un hilo, por eso su mente intentó bloquearlo a toda costa.

—Deku, vamos a aprovechar que has vuelto a hablar— le dijo el rubio que estaba frente a él. Izuku se giró a verlo de inmediato

—Cla-ro... — su voz aún estaba un poco temblorosa.

—Tu él mitad y mitad eran bastante cercanos, él no sentía interés por nada hasta que apareciste tu, así que supongo que entre ustedes hubo muchas platicas.

—Bakugou... no deberías— dijo Sushi.

—Cierra la boca, trucha ambiciosa. Deku, ¿qué es lo que sabes sobre Todoroki?, ¿qué había en su almacén?, vas a contármelo todo en este momento— ordenó.

Izuku estaba esforzándose en mantener su mente vacía, pero la simple mención de Todoroki le revolvía el estomago.

—Habla, Deku— el rubio lo miraba amenazante, esperando por una respuesta —Suelta todo lo que sepas sobre ese bastardo.

El pecoso estaba callado. Ni siquiera intentaba responder, estaba centrado en no entrar en pánico y en detener el temblor de sus manos que lo hizo tirar la sopa.

"Todoroki...”

"—Vamos a probar la resistencia de Midoriya—"

"—Porque te amo, ya lo sabes...—"

"—Me encantan tus ojos—"


—¿Qué estás esperando?

La tensión en el chico era notoria, pues ya había comenzado a tirar de sus cabellos y la insistencia de Bakugou no hacía más que empeorarlo todo.

—Deku, ¿sabes por qué Todoroki no te ha encontrado?

—¿Ah...?— aquellas palabras lo tomaron por sorpresa, tanto que su temblor se detuvo.

De repente, pudo olvidarse de todo, ya que su mente se vio invadida por esa misma interrogante. No lo había notado, no se lo había preguntado en todo este tiempo.

Todoroki no lo había encontrado y eso era algo extremadamente bueno.

—¿Por qué el poderoso líder del ala dos no te encontraría en todos estos días?, ¡si yo quisiera, en este mismo instante estarías siendo torturado por ese asqueroso bastardo!, ¡te estaría arrancando los dedos uno a uno!, ¿¡entiendes!?, así que habla de una maldita vez a no ser que quieras volver al ala dos. ¿Es que quieres volver al ala dos, Deku?, ¿o acaso quieres visitar el ala tres una vez más?

—¡N-No!

—Entonces, habla.

—Bakugou, no... Izuku apenas está recuperándose. Por favor, no en este momento.

—¿No te dije que te callaras?

—Yo... no...— balbuceó —No me dijo nada...

—¿Ah, no?

Bakugou se levantó de su asiento y se dirigió hacia Izuku. Su caminar era aterrador, como el de un depredador acechando a su presa, sus ojos se veían tan profundos y penetrantes.

—No te hagas el tonto y piensa bien en cada detalle— dijo, acercándose a su rostro poco a poco, mirando ese confundido ojito verde —Habla.

—Todoroki...— Izuku fue obligado a indagar entre sus recuerdos más profundos, entre todo eso que había intentado olvidar con todas sus fuerzas. Miró entre cada detalle, en todo lo que sus desordenados recuerdos le permitieron explorar —Él tiene... el poder suficiente como para manipular el traslado de un preso a otra ala... él trabaja con la doctora Naomi... tienen jeringas y...— había empezado a notar un ligero temblor en sus manos —y... drogas...

—¿Qué más?

—Sabe colarse al patio del ala uno... no sé cómo o por donde... pero puede...

—¿Ves, llorón de mierda?, no era tan difícil.

Espabilar... así se había sentido todo esto.

Ya que Bakugou obtuvo lo que quiso, Midoriya se quedó serio y callado, sentado en el comedor.

Quizá había sido demasiado para él, tener que recordar y darse cuenta de que Bakugou lo había mantenido ahí todo este tiempo y no se trataba de ninguna coincidencia.

Y era tan desconcertante... el hecho de que tan tensa situación lo haya hecho sentirse seguro.

Su miedo se había esfumado, como polvo en el viento.

Sushi-san estaba por llevarse a Izuku fuera del comedor, no quería mirar como Bakugou lo trataba con tanta rudeza.

—El pobre chico está traumado y tú llegas a maltratarlo! ¡Al menos espera a que se recupere!— dijo.

El rubio le dirigió una mala cara y se llenó de ganas irresistibles de golpearlo. Realmente ni siquiera tuvo que contenerse, pues a la vez que caminaba, le soltó un golpe directo en las costillas

—¡Sushi-san!— gritó Izuku, provocando un curioso eco dentro del comedor.

Alguien más entró de repente, abriendo las puertas de manera calmada, captando las miradas de todos los presentes.

—Lamento interrumpir su fiesta de golpes, pero estoy buscando a Izuku Midoriya.


965 visualizaciones8 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

33. Lo que quiero

Este es un fanfic sin fines de lucro, algunos personajes pertenecen a Kohei Horikoshi, pero la historia es de mi propiedad. —Piénsalo bien, ¿qué es lo que quieres en realidad, Midoriya-kun?— le pregun

34. Apiario

Disclaimer: Este es un fanfic sin fines de lucro, algunos personajes pertenecen a Kohei Horikoshi pero la historia es de mi propiedad. Con ayuda del reptiliano, Kaname y Shinso, Izuku fue llevado a la

bottom of page