8. Sufre, bastardo, sufre
- Vale Drops
- 24 sept 2019
- 6 Min. de lectura
Disclaimer: Este es un fanfic sin fines de lucro, algunos personajes pertenecen a Kohei Horikoshi, pero la historia es de mi propiedad.

Un breve episodio sobre Izuku Midoriya haciendo servicio para la comunidad (?)
—Espero que al menos puedas servir para algo— le dijo Aizawa
Era sencillo, solo tenía que cocinar.
[Los "destinos" son los presos que se encargan de distintas actividades que se deben hacer en la prisión, y en el mes presente era el turno de Izuku hacer de destino]
Debía preparar carne asada y no comería hasta terminar todas las porciones que le habían pedido.
Había pasado mucho tiempo desde su última comida, pues si Todoroki no estaba en su mismo comedor le quitaban la comida, la cena y nunca llegaba a tiempo para el desayuno, pues lo acosaban en las duchas, y aunque intentara saltárselas, a veces era obligado por Aizawa a ir hacia ellas.
—Es terrible tener que cocinar para todas las mierdas del comedor— le dijo Kaname
—Kaname-san, ¿desde hace cuanto tiempo estás aquí?
—Desde que empezaste a mirar los filetes con cara de bobo
Al ver la comida, incluso si era de origen dudoso y seguramente poco higiénico, se le hacia agua la boca.
"Cuando tienes hambre, hasta la comida desagradable es un manjar"
—Tengo mucha hambre
—¿Crees que yo no?, no he comido nada en tres malditos días, ¡todo porque Bakugou dice que es asqueroso ver la comida flotar en mi invisibilidad!
—Es que sí lo es.
—Cállate, Midoriya
Tras servir treintacharolas de carne y puré, alguien compró comida.
El negocio de la comida es bastante rentable en la prisión.
La comida es mala, pero puedes pagar por una mejor, mientras más dinero, mejor será la comida.
Quien había comprado comida había sido Bakugou.
Los presos destinos no hacían la comida comprada, esta era hecha por el jefe del comedor, los presos solo eran ayudantes.
El plato de comida que sería servido a Bakugou estaba al alcance de Izuku y Kaname.
—Oye, ¿no te gustaría vengarte de Bakugou?
—¿Ah?
Una oportunidad única en la vida.
—Podríamos poner veneno en su comida o algo así
—No.
- ¿Qué?
—No deberíamos arruinar la comida de otros...
—¡Bakugou es un maldito bastardo cruel!, ¿¡acaso no metió tu cabeza a los barrotes la vez pasada?
Tal vez... podría hacerlo.
—Anda, ¡intenta escupirle a su mierda de comida comprada!
Izuku miró el plato.
El oden olía delicioso. El vapor que desprendía el plato le llamaba, le decía "Cómeme".
—No puedo escupirle a algo tan delicioso como esto, ¡no quiero arruinarlo!
—Eres un inútil
De igual forma, Kaname tampoco escupió nada ni puso veneno, porque sabía que si Bakugou se enteraba le iba a ir muy mal.
Aunque Bakugou no le agradaba, Izuku pensó que no tenía ninguna razón para odiar al rubio. Bakugou realmente era alguien bastante neutral,
Cocinar para casi cien presos todos los días era una tarea muy difícil.
—Estar en la cocina es lo mejor
La presión de los cocineros jefes, el cansancio, las quemaduras y heridas causadas por los instrumentos de cocina, era terrible, pero lo peor para Izuku era tener que preparar comida mientras él se moría de hambre.
Su estómago rugió al ver cómo todos los presos comían.
"Si tengo suerte, esta vez me dejarán comer"
Caminó con su charola por el comedor, en busca de un lugar para sentarse.
—¡Oye, pequeño brócoli, ven acá!— lo llamó un hombre castaño, el mismo que le había quitado su inocencia el primer día en las duchas
—Allá voy— dijo resignado
Seguro todos pensaban que era estúpido, ir con ellos no era su obligación, pero cuando se negaba ellos lo forzaban a ir. Sin embargo, cuando cedía y obedecía, ellos no lo forzaban a tener sexo.
El castaño lo llamaba por su nombre y de vez en cuando "brócoli", aunque era de una forma cariñosa, Izuku lo veía despectivo, después de todo eran los apodos que le ponía el hombre que abusaba de él y le quitaba su comida en un chantaje.
Se sentó al lado de aquel hombre.
—No vas a comerte eso, ¿cierto?
—T-Tengo mucha hambre... ¿podría comer aunque sea un poco?
—Si quieres comida, te daré después
Ahora estaba metido en algo peor.
—Yo no me refería a eso...
—Sí sigues quejándote, te irá peor.
Mientras el grupo de hombres comía y hablaba, haciendo chistes sobre Izuku de vez en cuando, el pecoso observaba los alimentos que comían. Él lo había preparado todo, y había sufrido mucho por eso, pues si echaba a perder un bistec le esperaba el ser quemado contra la plancha, y no preparaba carne para nada bien.
"Esto es una porquería" pensó en su vida.
Miró a los otros presos.
Bakugou estaba disfrutando de su delicioso oden.
"Lo que daría por uno de esos" sería capaz de dar su ojo izquierdo por ese plato de comida y sería capaz de venderle su alma al diablo por un plato de katsudon.
"Sí es terrible tener que cocinar para todos" le dio la razón a Kaname
—Oye Midoriya, ¿quieres un poco de mi puré?— le ofreció alguien
—Sí
"Espera un momento..."
—Entonces te veo en los baños a la hora de salir al patio— le dijo
"Mierda"
—Querías comer, ¿cierto?— le preguntó el castaño mientras se bajaba los pantalones
—¡No!, ¡ya les di mi comida, déjenme en paz!
—Si fuiste tú el que dijo que quería "puré"— le habló otro sujeto, quien también lo arrinconaba mientras se desvestía.
—Estoy hambriento, de verdad. Me han quitado mi comida durante meses...
Deku intentó escapar. Buscó una abertura, lo se fuera, tan solo quería salir corriendo para evitar lo que sabía que venía.
Pero fue interrumpido por la intromisión del pene del castaño en su boca.
—Hora de comer— le dijo feliz —Está vez quiero que uses tu garganta
Empujó hasta la faringe del menor, rozando su úvula y provocándole nauseas.
Izuku soltó un quejido.
—Está perfecto
Empezó a empujar su cabeza hacia delante y hacia atrás para sentir más placer.
El pecoso respiraba con dificultad, aguantándose las ganas de devolver lo poco que había comido, si es que había algo.
—Vamos, no te olvides de mí, Midoriya— le dijo el otro sujeto
Así fue como dio inicio un trío en el que Izuku se llevaría la peor parte.
Cuando por fin lo dejaron en paz, se dirigió hacia su celda.
"Me duele la garganta"
Sentía náuseas.
Bakugou lo miró entrar.
—¿Te divertiste con tus amigos?
"Debí escupirle a tu oden" pensó
Se sentó en el piso mientas apretaba su estómago y reprimía sus lágrimas.
Sabía que Bakugou se enojaría si empezaba a llorar.
—La chamarra verde que te dio Aizawa— le dijo el rubio —Me la quedaré.
Izuku no le prestó atención al comentario que hizo el mayor.
El dolor de su pecho era demasiado fuerte como para prestarle atención a tan mínimo detalle.
—Bakugou... ¿por qué no me das una cuerda y me ayudas a acabar con esto?
—Jódete si crees que voy a conseguir algo para ti
—Sí...
Estaba solo en esto.
—Aunque, tengo una navaja —le dijo el rubio —podría usarla en ti
Izuku asintió.
Bakugou se aproximó hacia el, sacó la navaja y la calentó con una pequeña explosión. Después jaló el brazo derecho del pecoso.
—No voy a matarte si me lo pides, ni creas que voy a ayudarte a acabar con tu miseria
Presionó la navaja contra su piel. El metal caliente lo hacía retorcerse.
Lanzó un grito del dolor y trató de zafarse del agarre del rubio, pero nunca podría competir en fuerza contra él.
Escribió "Deku" en su brazo, provocándole llanto y ardor.
Su vida antes de ser un criminal era miserable, pero era mejor que todo esto.
Y en medio de ese insoportable ardor, Izuku dejó de reprimirse y soltó su llanto en forma de quejidos y lágrimas.
Gritó y sollozó con todo el dolor de su corazón.
—Mientras sigas vivo vas a seguir sufriendo, bastardo
—Mátame... por favor, mátame...
El más alto se centró en los cristalizados ojos verdes, los cuales lo miraban suplicándole piedad.
—Eres una decepción, Deku. Ni siquiera pudiste resistirte. Ya te dije que no me pidas que acabe con tu miseria.
Pensó que no merecía piedad, no tenía derecho a recibirla, siendo alguien con tan poca convicción, y esa idea la demostró con su fría mirada.
—Tú no lo entenderías...— le respondió,
Si bien era cierto que Izuku estaba desecho, la impotencia y el enojo que emergían dentro de él también eran difíciles de ignorar.
Así que en un trance de varias emociones juntas, se atrevió a mirar a Bakugou con un ápice de enojo.
Y en respuesta a su reacción, Bakugou le soltó un derechazo y lo tiró al suelo con violencia.
—No finjas tener coraje, pedazo de mierda. No eres más que basura.
Sí... las duras palabras de Bakugou lo lastimaban, a la vez que lo hacían enojar.
Pero sabía que no tenía la fuerza para enfrentarlo.
Realmente Izuku Midoriya no tenía nada.
Daria mi ojo izquierdo, mira nomas esa referencia 😩👁️
Me encanta los pequeños detalles que vas agregando. Por otro lado, me dolió la referencia del ojo (╥﹏╥).
Ya quiero llegar a donde lo dejaste. Tú puedes, Vale.